El falangismo barcelonés odiaba particularmente a los católicos que coqueteaban con la izquierda y que, al parecer, habían olvidado los fusilamientos de sacerdotes, fieles y jerarquías católicas durante la Guerra Civil. En distintas ocasiones, a lo largo de los años 60, se produjeron incidentes contra medios católicos, algunos de ellos dieron mucho que hablar como el asalto al Casal Montserrat, uno de los focos de adoctrinamiento cristiano-progresista.
En aquel momento, la falange barcelonesa estaba parcelada en distintos círculos que orbitaban en torno a distintas personalidades (jefes de hogares de la OJE, jefes de centurias, círculos de la Guardia de Franco, militancia de los distritos del Movimiento, etc., sin contar, claro está, con los grupos falangistas disidentes del movimiento y con grupos de ideologías similares). Era frecuente que cada uno de ellos realizara acciones por su cuenta y sin contar. Entre 1965 y 1968 se contabilizaron varios asaltos a centros católico-progresistas que, en ocasiones estaban controlados por partidos de izquierdas y en otras encubrían actividades vinculadas al, por entonces desaparecido, nacionalismo catalán.
Estos recortes de prensa muestran la crónica de algunos de estos incidentes.
La última de estas acciones tendría lugar en el tardofranquismo, en 1973 teniendo como objetivo la revista El Ciervo.
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